La división del trabajo es un principio bastante antiguo en las organizaciones, y por ello actualmente la gran mayoría de empresas tiene definidas con mayor o menor claridad las áreas de Ventas/Comercial, Operaciones/Producción y Administración/Finanzas, por nombrar las tres patas clásicas de cualquier organigrama. Esta especialización busca que las personas dedicadas a cada función logren un nivel de experiencia y maestría en sus actividades que la empresa minimice los efectos de una mala actuación.
Sin embargo, como no hay solución perfecta, esta también tiene sus puntos en contra, y uno de ellos no sólo es la creación de compartimentos estancos sino, en el extremo, incluso la existencia de "culturas" internas dentro de las organizaciones en donde cada área o departamento no sólo es visto como un grupo distinto a los demás sino también como un símbolo de poder. Esto ralentiza a la empresa, evita su desarrollo y mantiene el status quo. El enfoque contrario es la gestión por procesos, la cual está en la semilla de cada emprendimiento. Así pues cuando una empresa nace, es común que el equipo fundador se encarga de realizar tareas completas desde su inicio hasta su fin. Luego llega el crecimiento y junto con él un aumento en el staff, lo que lleva a la división de funciones. En medio de este crecimiento se encuentra el punto ideal para tomar lo mejor de dos mundos: la especialización y la visión de procesos, considerar a la empresa como un organismo, el cual tiene procesos de negocio que atraviesan diversos departamentos y funciones. |
Esto no quiere decir que no se pueda aplicar este enfoque a empresas más consolidadas, pero sí llevará mayor esfuerzo puesto que en algunos casos será necesario derribar barreras invisibles ya consolidadas en la organización.
Esta visión implica un alto nivel de comunicación y de trabajo en equipo, pues desde el enfoque de cada área debe aportarse y ejecutarse lo mejor para que, no los distintos departamentos, sino la organización sea la que se beneficie en su conjunto. Son muchas las oportunidades que tiene cada empresa para usar este enfoque, ya sea identificando primero los "macro procesos" de negocio hasta procesos de menor nivel que involucran muchos puntos de contacto entre varias persona, lo que también puede ser analizado de este modo.
Esta visión implica un alto nivel de comunicación y de trabajo en equipo, pues desde el enfoque de cada área debe aportarse y ejecutarse lo mejor para que, no los distintos departamentos, sino la organización sea la que se beneficie en su conjunto. Son muchas las oportunidades que tiene cada empresa para usar este enfoque, ya sea identificando primero los "macro procesos" de negocio hasta procesos de menor nivel que involucran muchos puntos de contacto entre varias persona, lo que también puede ser analizado de este modo.